Kilombina

Josecito

poeta boedónico

7 de Junio de 2008

josemuchnik@gmail.com

Kilombina[1]

 

« La Colombina está triste y da pena,

¡pobrecita nena

tan linda y tan buena !… »

 

Pobre Colombina : música Virgilio Carmona, letra Emilio Falero

 

 Los hermanos sean …

 

… pero no son Martín, ¿serán algún día?, unitarios contra federales, laica contra libre, azules contra colorados, ¿y ahora qué?, ¿«campo» contra «pingüinos»?, ¿porqué no? la línea divisoria bien trazada , un referí inglés para marcar goles en contra y que lluevan patadas para deleite de tribunas y televisores. Gallaretas, teros, horneros … pueblan el aire kilombino, pero estoy seguro no haber visto pingüinos campo adentro. Río pa’ no llorar, divago pa’ no hervir, escribo pa’ no gritar … ¿Y yo que culpa tengo si a mí me gustan el campo y los pingüinos? Olivares como abuelos centenarios preguntando a la cordillera por la edad de sus nieves, trigales despeinados mostrando que el pan también nace del desorden, vacas poetas con esa mirada triste que sólo puede nacer de la fertilidad de la leche o las palabras. Ya hablaré de la soja, tranquilos, los poetas no tenemos prisa, el que se cansó de leer puede hacer de estas líneas serpentina pa’alegrar el corso. La línea final es la misma, todos pasarán el casting, hasta los peores actores, la parca es maestra con la guadaña, vieran con qué prolijidad corta cabezas y pretensiones en la línea de llegada … aclaro pa’ que todos comiencen a bajar del caballo, y sepan que también me gustan los pingüinos, con ese andar oscilante tratando de juntar sus pichones sin perder memoria para buscar huevos enterrados por tantas tormentas.

 

Que los hermanos sean de acuerdo Martín … ¡¿pero que sean qué?! … generosos, solidarios, que dejen de chorrear al prójimo como a nosotros mismos, no hablo de gallinas ni de zapatos, hablo de negociados, coimas, bicicletas financieras, hablo de megachorros, de los que juegan con la bolsa y las vidas. No, no lo digo por zurdo, los poetas tenemos alma cartonera y gustos de oligarca, que halla gente con guita, que haya, si son felices, mucho, poquito o nada, es cosa de ellos, pero que sea plata cristalina, fruto del laburo, que pueda mirarse a través, sentir cómo suena. No es fácil Martín, en ninguna familia es fácil y esta es una familia bíblica con su historia poblada de Caínes, ya sabés que la última fue terrible, que todavía no es historia, llegan ecos frescos… de seres torturados, de madres cercenadas, de cuerpos arrojados al mar… no tiembles Kilombina, no tiembles, está bien, me cayo, la pobre quedó con la memoria abierta, el mínimo ruido de botas, de sal o sombras imprevistas, la pone muy mal.

 

Usted está escabullendo el bulto poeta, no habla del «conflicto del campo», de la soja, de las retenciones … Tranquilos he dicho, es al ñudo apresurarse si pifiamos el camino, mucha niebla, mucho humo, aguas que bajan turbias, difícil seguir la huella. El campeonato no se juega entre «campo» y «pingüinos», los equipos dan equivocado, hay que volver a mezclar y repartir barajas. Hay pingüinos de todo tipo, grandes y pequeños, de penacho amarillo y de penacho rojizo, de aguas frías y de aguas templadas … sin contar los gansos disfrazados de pingüino con levita y pechera almidonada. Y en el «campo», si usted es de ahí ya sabe que  también encontramos de todo, pastizales tiernos y paja brava, chivitos flacos y vacas gordas, buena y mala leche, caballos de tiro y de carrera … ¿Cómo formar los equipos ?, ése es el problema, esto no es fútbol de salón ni hockey sobre hielo, en otra vida he sido ingeniero, aprendí que si no identifica las incógnitas y plantea bien las ecuaciones está frito, los problemas en vez de resolverse se multiplican. Y así seguimos enkilombados, pero no un kilombo cualquiera, un kilombo superlativo, magnífico, en relieve, esencia del pare-ser nacional. Si queremos que los hermanos sean, habrá que deshacer nudos y encontrar la punta del ovillo para subir la cuesta.

 

Entonces poeta… ¿cómo la ve? No es fácil, ya conocen a Kilombina «detrás de sus desvíos todo el año es carnaval », las mascaritas se agitan sin sacarse el antifaz.

 

 

Veo Veo

 

 

Esa Colombina

puso en sus ojeras

humo de la hoguera

de su corazón”

 

Siga el corso, música Anselmo Aieta, letra Francisco García Jimenez.

 

¿Como nos ven desde Francia Josecito?, me preguntan los eternos boedónicos  divagando en el Margot, yo que sé replico para escaparme, mientras pienso “nos ven como un kilombo, cómo quieren que nos vean”. El mundo cambia a gran velocidad y mis sesos reaccionan bizarros, ora les patina el embrague y no sintonizan el cambio, ora les fallan los frenos y se embalan sin aviso, pero para no escaparme por la tangente les contaré algunas visiones de un poeta nómada.

 

Veo maestro Discépolo[2] que perdimos el monopolio del cambalache, los inmorales ya nos han igualado y ahora están ganando por goleada. ¿Escuchó hablar de la volatilidad de los precios, de los mercado a término, de la variación del índice Nickei o Down Jones?, vio maestro qué poético suena, Usted es de otra época, para que entienda se lo explico en criollo, especulan con el hambre de la gente, apuestan arroz o trigo a cosechas futuras, da vuelta la martingala y según las apuestas varían los precios,  por eso se dispararon, por eso en Dakar o en el Cairo, en Manila o en Doualá, en Nueva Dehli o en Abidjan, la gente salió desesperada con sus cacerolas raídas. Esas masas de guita que se mueven de un hipódromo a otro, eso es el capital financiero, el capitalismo desbocado, no hay alambrado ni moral que le resista, también los chinos entraron al casino, el capitalismo rojo anda por el mundo sediento de materias primas como ingleses del siglo XIX con cascos y zoquetes blancos ... y los magnates siguen jugando a la ruleta rusa, nadie los puede acusar, respetan las leyes del mercado.

 

Veo derechos humanos enflaquecidos, como enfermos, Usted tenía razón “en un mismo lodo todos revolcados”, se cayó la cortina de hierro, levantaron muros de agua y de hormigón. Libre cambio sí, libre circulación no, circulan granos, petróleo, automotores, computadoras, juguetes, humanos no, pateras sí, partes de muerte sí, clavículas de arena también, treinta y tres  ahogados ayer en el Mediterráneo, aguas ya no tan azules. «Green card», papeles, documentos, «carte de séjor», cerberos custodian las puertas del paraíso, ¿no sabe lo que es un cerbero?, expulsado por ignorante, matambre enrollado, cinta adhesiva, no protesten, el viaje de regreso es gratis. No se muevan, la cooperación internacional ya llega, estamos discutiendo para ver cómo ayudarlos. ¿Derechos enanos? ¿derechos torcidos?. Racismos y genocidios reverdecen, la tierra empobrecida para las flores se torna fértil para los odios, fanatismos religiosos afilan sus espadas, neo fascistas vuelven a desfilar en Roma ¿ciudad abierta?. Pará Josecito, pará, si es para levantarnos la moral, está bien ...

Las visiones van ganando nitidez, veo cormoranes y gaviotas licuados con petróleo, veo abejas indagando la pérdida del polen, veo tomates preguntando por el gusto de sus ancestros, veo tratantes de bosques con sus chequeras de cuero, Don Francisco de Quevedo[3] también tenía razón : “poderoso caballero es don dinero / ...él es mi amante y mi amado [...] pues que da y quita el decoro / y quebranta cualquier fuero ...”.  Así es hermanos, todo se vende, mujeres y niños por unidad, hectáreas a granel, petróleo por metro cúbico, subsuelos vírgenes y suelas baqueteadas. Se están gastando los zapatos del planeta, habrá que aprender a caminar de otra manera.

 

Así va el mundo Kilombina, la soja, la soja, las retenciones, todo es vanidad, quieren que hable, hablo, ya hablaron tanto. ¿Milanesas de soja?, ¿chorizos de soja? ¿puchero de soja? ¿soberanía alimentaria?, dólares, euros, yenes, yuanes, pero también hay que comer, la soja corre pegada a los palos, ya ocupa la mitad de la superficie cultivable, ¿hasta dónde quieren llegar?. Si nadie tira de las riendas se nos cae el batacazo, soja para hoy, hambre para mañana. Los poetas no manejamos cifras ni glifosatos, pero yo le puedo explicar en criollo estimado Dicepolín, la soja genéticamente modificada que usan tiene una gran cualidad : resiste al famoso herbicida a base de glifosato llamado Roundup Ready. ¿Quién dijo que Monsanto no es poético?. Roundup = redada, batida, razzia policial. Roundup Ready = razzia lista. ¿Y a quiénes razzia? a todo lo que no sea soja, desde bichitos invicibles necesarios a los ciclos de vida en esta tierra, hasta peces que brindan el último suspiro ensopado con roundup, por eso las abejitas andan como locas buscando el polen prometido, luego se mueren de locura no por herbicidio con alevosía, no hay que echarle a Monsanto la culpa de todo. Como a menudo fumigan desde avionetas, mis amigos boedónicos me contaron que en Formosa y en Paraguay hubo gente afectada por el famoso glifosato, niños con asma, urticarias, vómitos ... pero no hay que creerle a esa gente, no hagan caso a los poetas, busquen referencias científicas, después me cuentan. Y al que no le guste el glifosato que se borre, que se borren indígenas, que se borren campesinos ecológicos opuestos al progreso, que se borren árboles y yuyos rebeldes... que se borre todo lo no rentable, poderos caballero es ... muy poderoso.

 

Por eso Kilombina los equipos dan equivocado, por eso el campeonato no se juega entre “campo” y “pingüinos”, por eso hay que seguir buscando la punta de la madeja ...

 

 

Vení, volá, vení …

 

 

« Quereme así, piantao, piantao, piantao …

Abrite los amores que vamos a intentar

la mágica locura total de revivir … »

 

Balada para un loco, música Astor Piazzolla, letra Horacio Ferrer.

 

 

Ahora puedo hablar, desabrochar palabras es trabajo de poetas, componer versos caleidoscopio para aclarar discursos fragmentados, indagar el sentido del silencio entre los verbos, inventar vuelos entre el eco de los acentos. Las retenciones pueden ayudar a emparchar la rueda, pero no son la principal incógnita, pueden retener el esfínter abierto o cerrado, los glúteos móviles o fijos, treinta o cincuenta por ciento ... las ecuaciones seguirán sin solución. La incógnita es el sueño de país compartido, ya les conté como va el mundo, se están deshilachando los modelos wash and wear, viejos odios y racismos germinan entre las hilachas, debemos soñar sin límites de altura, hacer un país admirado, un país que reparta briznas de luz para salir del túnel, de la dinerización de humanos y plantas, de bosques y aguas, un país ejemplar, un país admirable mostrando que amor y solidaridad son aún posibles ¿y en lugar de eso qué hacemos Kilombina?, en lugar de dar el ejemplo damos pena lavando ropa sucia a la vista del público. Que los hermanos sean ... Martín, comencemos en familia, mostremos que la “fraternité” existe en estos lejanos parajes del sur.

 

Poeta tenía que ser pa’delirar así, el problema es ¿cómo hacemos para terminar este kilombo?. Todo depende amigo de su punto de vista, todo tiene su lado malo y su lado bueno, este kilombo puede tener también su lado creativo, puede ser kilombo fértil, kilombo abono, kilombo  revelador, depende de su manera de ver, como con las fotos, cuando revela los negativos se aprecia mejor la calidad. Por ahora no vemos el sueño de país compartido, tal vez esté oculto entre la grietas del kilombo, aprovechemos para revelarlo. Para ello señores hay que evitar discursos iluminados, luz en demasía arruina la visión, los orgullos y egos mejor apagarlos, alteran las personas con sus brillos falsos.  Desensillen los caballos, dejen viejos antagonismos bajo el alero, facones y cuchillos en el cajón de la cocina, cuelguen las camisetas con sus tufos revueltos en el perchero del baño, que los próceres en paz descansen y que circule el mate, caliente y bien amargo.

 

Todavía un consejo antes de comenzar el diálogo : desabrochen fórmulas y palabras, no se trata de hacer verso, se trata de poesía. ¿Campo? ¿y si pronunciamos tierra, paisajes, comidas, amaneceres ...? ¿si dejamos clarear la palabra hasta que trinen las nubes? ¿Tierra pachamama, madre de vida, placenta fértil? ¿Tierra ruleta roundup ready? ¿Madre de vida y de dinero?, el sueño del pibe, una madre cariñosa y rica, ¿pero primero el cariño no es cierto?. Entre la bolsa y la vida, primero la vida, dinero también mas dinero de vida, no poderosos caballeros que juegan con índices bursátiles y tripas vacías, que poco les importa si las abejas quedan huérfanas o los bosques glifosados. ¿Y nosotros qué soñamos kilombinos? ¿Un país exportador de granos para sosiego de otros cerdos y gallos?, ¿Una vez más el granero del mundo?, tal vez podamos atrevernos a soñar algo más, un país que exporte solidaridad y fraternidad, que el amor al prójimo no quede en biblias y dominicales sermones, un país que exporte derechos humanos, no como manera de decir, sino como manera de vivir : derecho a comida sana , derecho a casa y mantel, derecho a justicia social... Habrá que desabrochar también el “modelo distributivo”, ¿cómo distribuir lo recaudado?, pueblos marginados, dentaduras en ruinas, escuelas a la deriva. ¿ municipios? ¿territorios? ¿provincias? ¿Cómo participar a la construcción del sueño compartido? ¿democracias locales? ¿provincias feudales? ¿República federal?. Soñar un país que frente a la pandemia de odialización sea ejemplo de fertilidad cultural, con sus pueblos originarios, sus ríos inmigrantes, y sus maravillosos mestizajes de colores y sabores. Un pais rico, de riqueza verdadera, aquella que posee mucho más que dinero.

 

Ya soñé demasiado, no creo que sean muchos los que lean estas líneas de un poeta nómada, ruego no sean degustadas con paladares políticos. La pobre está triste, da pena y aquí a lo lejos me duele su tristeza, por eso estas palabras al mar, este mensaje de esperanza a todos, al “campo”, a los “pingüinos” y a todos los amigos. Cuando Kilombina crezca avisen, tejeré escarpines para el nacimiento de Argentina, tiene todo para aprender a caminar como un grande, para ser un país ejemplar... le falta sólo un sueño compartido.

 

 

Josecito

poeta boedónico

7 de Junio de 2008

josemuchnik@gmail.com

 

 

 

 

 

 

 


[1] País de América del Sur que se extiende entre la Quiaca y Tierra del fuego. Esta nota  es para lectura exclusiva de kilombinos o allegados al pare-ser nacional.


[2] Enrique Santos Discépolo ( Discepolín ) Buenos Aires 1.901 - 1951


[3] Francisco de Quevedo, Madrid 1580 - 1645

 


 

enero 2007

 

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